Tras un largo día, llegas del curro (trabajo) agotado, son las 18:45, tu hija de 2 años te ve entrar por la puerta y se tira a tus brazos (sensación maravillosa que hace olvidar el resto del día).
Tu hija solo quiere que jugar a todas horas, papa quiero pintar, papa quiero jugar a eso…. Son las 20:30 le haces una tortilla para cenar y se la come junto a tí, a las 21:30 ya está dormida y tú destrozado entras en la cocina y piensas «¿y que ceno yo?», ves la sarten de la tortilla de la niña, «bueno pues una tortilla, pero la quiero diferente» y tu cabeza empieza a maquinar y….. obtienes una cena original, rápida y deliciosa.